El miedo no siempre grita. A veces susurra con excusas bonitas.
“Hoy no es un buen día.”
“Cuando tenga más tiempo lo intento.”
“Primero necesito prepararme mejor.”
“Seguramente ya hay alguien haciendo esto.”
A veces creemos que estamos siendo responsables o estratégicas.
Pero muchas veces, solo estamos paralizadas por miedo.
Y el miedo se disfraza muy bien: de perfeccionismo, de comparación, de baja autoestima… o de agendas llenas sin dirección.
Las verdaderas barreras no siempre están afuera
Claro que hay retos reales: dinero, tiempo, responsabilidades.
Pero muchas veces, lo que más nos bloquea es lo que pensamos de nosotras mismas:
- “No soy suficiente para esto.”
- “¿Quién me va a tomar en serio?”
- “Ya es muy tarde para mí.”
Y mientras tanto, proyectos con alma quedan guardados, ideas valiosas se enfrían, y tú… te desconectas de tu propia grandeza.
Compararte te quita fuerza
En redes sociales, en el grupo, en la vida…
siempre habrá alguien que va más rápido, que parece tener más claro su camino, que “lo logra todo”.
Pero lo que no vemos es el detrás de cámara.
El proceso. Las veces que también esa mujer dudó, lloró, se frustró o quiso dejarlo todo.
Cada una tiene su ritmo, su historia y su momento.
Compararte es injusto, porque te juzgas desde tus dudas y ves a las otras desde su mejor ángulo.
Los límites también son amor propio
Hay mujeres que pueden con todo.
Y otras que no quieren poder con todo.
Ambas están bien.
Lo importante es que aprendas a decir que no, que pongas tus propios tiempos, y que no te pierdas intentando complacer a todos.
El verdadero amor propio no es solo cuidarte…
es proteger tu energía, tu visión, tu espacio y tu voz.
¿Y la autoestima? No es magia. Es constancia.
No vas a sentirte segura todos los días.
No vas a amarte de forma perfecta.
Pero sí puedes aprender a sostenerte sin destruirte cada vez que algo no sale como esperas.
La autoestima es una práctica diaria:
- Hacer aunque te dé miedo
- Cuidarte aunque no tengas ganas
Hablarte con respeto incluso cuando te equivocas
En UMALV no trabajamos solo marcas. Trabajamos lo que hay debajo de ellas.
La historia.
La emoción.
La herida.
El deseo.
El miedo que frena y el impulso que empuja.
Porque sabemos que el verdadero éxito no es el que se ve.
Es el que se siente.
Si este artículo te tocó por dentro, es porque ya estás lista para dejar de frenarte por fuera.